Pasarón de la Vera, es como su propio nombre explica: puerta de unión entre el Jerte y la Vera, pero es mucho más.
Pasarón de la Vera está situado al noreste de la provincia de Cáceres, en la Comarca de La Vera, cerca de Plasencia y muy cerca del Valle del Jerte. De hecho, el nombre de «Pasarón» puede deberse a que era un antiguo paso entre ambos valles: Jerte y Vera (Tietar).
Se desconoce con exactitud la fecha de sus primeros pobladores, pero se sabe que en ese lugar se asentaron Los Vettones entre los siglos IV a I AC, que además de otras huellas, dejaron un antiguo Verraco de piedra (hoy desaparecido). Muy cerca, compartido con los municipios de Arroyomolinos y Tejeda, se encuentra la necrópolis de Cerro Peñalba, con un buen número de menhires hincados y un impresionante dolmen.
Por su situación estratégica de «fondo de saco» este municipio no fue tan golpeado por las diferentes invasiones, o al menos mucho menos que otros de la comarca, conservándose casi intactas su antiguas estructuras. Fue propiedad del señorío de Alfonso XI, Alonso de la Cerca y el Conde de Osorno, del que se conserva en perfecto estado su palacio. En 1832 ya fue constituido como municipio constitucional dentro del Partido judicial de Jarandilla.
Declarado Conjunto de Interés Histórico artístico, la imagen exterior del pueblo es una de las más bonitas de La Vera. La mejor descripción del municipio la hace Lucio Marineo Sículo a principios del siglo XVI: «…vimos a Pasarón puesto en un valle que parece un altar en medio de la tribuna del templo«
Desde entonces, poco ha cambiado su fisonomía: Colocado en medio de un valle y rodeado del verde de sus bosques y árboles de cultivo, y en el vértice de sus cerros: su torre exenta.
Una arquitectura que habla de su organización política.
A diferencia de otros pueblos de La Vera, su urbanismo no es tan anárquico, dos calles principales confluyen en tres plazuelas, que son fiel reflejo de los antiguos poderes tradicionales:
- El religioso: Plaza del cementerio con la Iglesia de San Salvador y la torre exenta.
- El civil: Plaza del Ayuntamiento con su rollo o picota.
- La nobleza: La plaza del Palacio de los condes deOsorno, antiguos señores de La Villa.
La torre
La Torre es sin duda el edificio mas antiguo y raíz del municipio ya que fue una antigua atalaya o torre vigía levantada sobre un gran cancho de tal forma que no se hizo como torre campanario de la iglesia sino que primero fue una atalaya en los primeros años de Ia reconquista y luego se Ia destinó a ese fin. Lo mismo ocurrió con Ia torre de Torremenga o Cuacos.
Posteriormente en el s.XVI el primer señor de Pasaron de la familia de los Manrique de Lara añadieron otro cuerpo mas dándole más esbeltez a la antigua atalaya. Hoy se ha podido comprobar que el escudo que figura entre las enjutas del campanario es de estos señores. A propósito hay que hacer notar como curiosidad que a Pasarón también se Ia denominaba «Torremayor, seguramente para distinguirla de Ia otra parte del señorío: Torremenga o torre menguada que todavía en el s.XVIII tenía almenas.
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El pueblo ofrece paseos tranquilos por entre sus intrincadas calles, en los que sus paisanos te saludarán amablemente al pasar con un «adió» probable reducción del saludo completo de encontrarse y despedirse «hola cómo te va y adiós»
Pasarón ofrece espectáculos turísticos dependiendo del calendario de fiestas. Durante el año hay varias romerías fiestas muy llamativas como El cristo». Hay algo de tarantella Italiana en el cortejo de las bodas que recortren las calles tocando y tirando caramelos. No es causualidad, uno de los apellidos del pueblo es Vallinotto, al parecer de un vendedor de cobre que llegó, se enamoró, dijo que volvería y volvió. En semana santa, todo el pueblo se viste de «pueblo judío» y escenifican a lo Berlanga, la pasión.
Muy bonito, vistoso, interesante fotogénico y hasta gracioso. Viene mucha gente a verlo y Pasarón se pone de bote en bote, pero ellos a lo suyo. No te lo pierdas.
PASEOS POR LOS ALREDEDORES
Pasarón esta rodeado de campo por todas partes. Las montañas le resguardan de los fuertes vientos con lo que su climatología rara vez es extrema. Pasarón se erigió junto a una garganta que al principio cruzaba las calles más bajas del pueblo y que curso arriba, proporcionaba regadío a las numerosas huertas que los habitantes le iban ganando a la montaña en forma de balcones o padrejas.
Cualquier paseo que se de por las caras más protegidas de sus montañas, se hará entre huertos, cerezos, olivos, higueras y castaños. Todos ellos de cultivo y recogida manual, gacias a lo que, pese a las diferentes industrializaciones, ha resistido casi intacto. Disfrutar de un paseo por entre los bancales viendo lo mismo que podría ver un pasente hace bastantes siglos es un privilegio.
La cara opuesta es un monte que alberga un bosque de robles. con castaños, madroños y muchas otras especies. hay una ruta marcada como la de «Los Bo» que da toda la vuelta a la montaña y que está señalizada en su recorrido y en varios carteles. Es espectacular recorrerlo en el otoño. Esta temporada es, en mi opinión, la más bonita de la Vera por su explosión de color: Los cerezos rojo fuerte, las higueras amarillas, los castaños amarillo anaranjado, los robles gama de marrones y sienas, y en medio y para empastar, los olivos con su eterno verde oliva.
En verano, o en épocas de calor, interesa hacerse este monte por la mañana (Los Bo) y por la tarde, las subidas hacia el otro lado (ruta del caballo, el Castaño, etc)
En todos los recorridos hay cobertura de Movistar y son transitados por vecinos que van a trabajar a sus fincas. Son muy amables y de lo único que recelan es de la gente que entra en las fincas a pillar fruta a lo loco. Siempre que sea posible, es muchísimo mejor localizar al agricultor y pedirle permiso. Les gusta ofrecerte lo suyo, y serán muy generosos.
Pasarón Vettón
Se dice que tras la reconquista Pasarón fue repoblado con Astures que bajaron por la vía de la plata, para ocupar las tierras de los expulsados musulmanes. Mucho antes lo habían habitado los romanos, que muy probablemente se mezclaron con las tribus celtas que ya habitaban estas tierras siglos antes. Todo quedó mezclado. Cada uno santificó a su manera lo que antes otros habían adorado.
Hoy si sabemos que los primeros humanos que se establecieron de forma permanente en el valle de Pasarón y los colindantes eran celtas. Más concretamente Vetones, unas tribus que poblaron la zona nororiental de la península ibérica. Su territorio comprendía el centro-este de Portugal, sur de Avila, sur de Salamanca, Noroeste de Toledo y norte de Cáceres.
En todas estas zonas se han descubierto asentamientos, unas veces castros, otras altares y cementerios, pero en todas ellas las figuras zoomórficas que les caracterizan: Los Verracos. Pasarón tenía su Verraco: Un toro según cuentan cronistas que todavía pudieron verlo allá por los primeros años del siglo XX, que ya advertían del peligro que corría por la avaricia de algunos lugareños. El verraco de Pasarón fue destruido y desapareció para siempre destrozado por la codicia y la estupidez humanas. Una leyenda, que corrió por España como la pólvora hablaba de que dentro de estas moles graníticas sus escultores habían guardado monedas de oro. Desgraciadamente desconocían que los vettones no conocían las monedas y sus tesoros más preciados eran sus armas y sus vajillas. Pero pese al expolio, hay restos que siguen dando fe de que estuvieron en este valle, que vivieron y que en él enterraron a sus difuntos.
Hasta nuestros días ha llegado la fiereza con que le plantaron cara al invasor. De esa época nos llega la figura legendaria de Viriato, con gran significado entre la gente de la zona. Viriato fue un pastor con extraordinarias dotes de jefe militar: organizó una partida de guerrilleros que entre los años 154 y 151 a. de C. derrotaron repetidamente a los romanos. lusitano de origen (Los romanos entendían por Lusitania, la mayoría del territorio Vetón), las leyendas veratas lo consideran oriundo de la Sierra del Guijo.
La floreciente y rica cultura romana, enriquecida por el Cristianismo y las primeras basílicas paleocristianas, tuvo su continuidad en el reino de los visigodos. Aunque sin duda de mayor trascendencia es el patrimonio arquitectónico heredado de los musulmanes. La presencia en la toponimia y en la hidronimia de nombres musulmanes y norteafricanos demuestran la profundidad y permanencia de la cultura islámica en la región. En la Vera, como en otras comarcas extremeñas, la influencia árabe es patente en aspectos tan diversos como el folclore, en nuestras costumbres, así como en la gastronomía. Trajeron cultivos como la naranja, el limonero, el algodón, el azúcar de caña, el arroz, e incluso la oveja merina que daría lugar a la tradición pastoril, profundamente enraizada en la cultura popular extremeña.
Pasarón de La Vera 
